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En el Centro Juvenil Slate Canyon, un programa de gimnasia dirigido por Theodore Ballin está cambiando vidas. Ballin, nominado Profesor del Año por el PCSD, es más que un profesor de educación física: es un mentor y una presencia constante en un entorno en el que la constancia es rara. Es conocido por su capacidad para conectar con cada alumno, interesándose personalmente por su crecimiento, sus dificultades y sus objetivos. Su impacto va más allá del aula y llega hasta lo más profundo de la vida cotidiana de los jóvenes a los que enseña.

Ballin ha creado un espacio en el que los alumnos se sienten respetados y desafiados. Consciente de las limitaciones de los centros penitenciarios, introdujo los sacos búlgaros, herramientas versátiles de peso blando que son seguras y eficaces para el entrenamiento de fuerza. Estas bolsas ofrecen a los alumnos una forma accesible y segura de levantar peso, entrenar y ganar confianza. Muchos de los estudiantes han expresado lo significativo que es que se les confíe la responsabilidad, incluso en cosas pequeñas como la gestión de sus propios entrenamientos.

Para los alumnos del sistema de menores, las oportunidades de desahogarse de forma sana son escasas. El gimnasio es una de las únicas salidas que tienen para liberar tensiones y canalizar la agresividad hacia algo productivo. Ballin ha convertido ese tiempo en una base para el cambio. Los alumnos acuden dispuestos a trabajar, no sólo porque quieren hacerse más fuertes, sino porque saben que él espera lo mejor de ellos y quieren darlo.

En una de las paredes del gimnasio hay un mural que celebra los logros personales. Es un reto silencioso y un estímulo: eres capaz de más. En la pared opuesta, un nuevo mural terminado este mismo mes representa a un hombre levantando a otro en lo alto de un antiguo templo azteca. Diseñado con la colaboración directa de los estudiantes, refleja su experiencia compartida: lucha, apoyo y la esperanza de ser levantado.

El programa es más que una forma física. Es un salvavidas, una estructura y, en muchos casos, un comienzo. Cuando se les preguntó si había algo que querían que el público supiera sobre el programa, los estudiantes fueron claros y unánimes en su declaración y sentimiento. Cada uno dijo una sola frase: no nos quiten esto.

Alexander Glaves
  • Especialista en Medios Sociales/Marketing
  • Alexander Glaves
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